sábado, 30 de octubre de 2010

28. ¡Llegamos a Seattle!



Estábamos en el Avión, No sabía cuánto tiempo había pasado, Paul, Andrea y yo estábamos sentados en un asiento, y Anny toco en el puesto de al lado, ella no pudo evitar pelear en el avión por no habernos dado un asiento para los cuatro.
Andrea, se había quedado dormida, Anny fingía que dormía, y yo estaba recostada en el hombro de Paul, mientras él, miraba hacia la ventana.
- ¿Qué piensas? – Interrogue a Paul.
- Secreto. – Dijo, rio, y continúo. – Estoy pensando en que haremos al llegar.
- Quisiera ir al piano, pero llegaremos cansados. – Le dije.
- No tanto, estamos por aterrizar, además… recuerdas que… - Se acerco a mí y hablo a mi oído. – Soy vampiro.
- Oh, no lo recordaba, JAJA, ¿estamos por aterrizar? – Al preguntar eso, escuche una voz ‘Prepárense para aterrizar, pónganse sus cinturones’, mi vampiro sabelotodo lo sabía antes que todos en el avión. Bueno no todos porque el piloto era el que más tenía que saberlo.
- Ya te respondieron. – Dijo Paul entre risas.
Al llegar al aeropuerto, bajamos, y esperamos las maletas para partir a… no lo sabía, no sabía si íbamos hacia mi casa, o hacia la casa de Mi Familia Postiza. Por esa razón tenía que preguntar.
- Cariño… ¿Vamos a tu casa? – Pregunte a Paul.
- Si, Amor, pero luego te llevare a tu casa ¿te parece? – Respondió.
- Ok. Oye me harán falta tus abrazos mientras duermo. – Dije y note como su mirada cambio.
- Si quieres me quedo allí. – Me ofreció.
- Solo si tú quieres. – Dije ruborizada.
- Oh, no te puedo dar opción, recuerda que no puedo separarme de ti. – Se que estaba hablando de nuevo, sobre mis sueños.
- ¿Por? – Dije sabiendo su respuesta.
- Aun no estamos seguros si nos deshicimos de ella ¿recuerdas? – Respondió.
- Ah, hablas de eso. – Dije echa la desentendida.
El no me respondió, solo puso cara de bobo y me beso. Tuvimos que esperar un poco más, ya que tenían que bajar el auto.
Al estar todo listo, abordamos el auto camino a casa de mi vampiro favorito, y al llegar el olor familiar hizo que me llenara de paz.
Anny y Andrea, subieron al segundo piso para llevar sus maletas, mientras que Paul y yo, llegamos directo hacia el piano, extrañábamos tanto tocar que no pudimos resistirnos. Luego de un buen rato, Paul me llevo a mi casa, me ayudo a desempacar y luego nos pusimos a ver televisión sentados en un sillón de mi habitación. Ya era costumbre ver la tv juntos.
Llame a mis padres para informales que ya estaba en casa, ellos preguntaron si todo estaba en orden, y si nadie había entrado en la casa, preguntas frecuentes de los padres, pero yo me había encargado de que todo estuviera bien cerrado antes de irnos.
- Amor es Tarde, ven. – Escuche a Paul decirme, aun estábamos en el sillón, y ya era de noche, según Paul muy tarde.
Me cargo hasta la cama y me dio un beso.
- Buenas Noches Amor, estaré sentado en el sillón, ¿puedo poner un poco de música? – yo no quería que se sentara.
- No, quédate aquí conmigo. – Dije jalándolo hacia mí con poca fuerza, pero él se dejo llevar.
Como todas las noches de nuestras vacaciones, me abrazo y yo lo usaba de almohada, el no se quejaba, solo reía y me apretaba cada vez que me movía.

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