miércoles, 27 de julio de 2011

67. Escuchalo


Dos meses más tarde

- Mañana cumplimos tres años de casados. – Dijo Paul abrazado a mí en la cama viendo tv.

- Es genial. – Le dije.

- Y ya tienes dos meses de embarazo. – Menciono, yo le di un golpecito en el pecho.

- Si, solo faltan nueve más. – Dije, y él me abrazo más fuerte contra él.

- ¡No me lo recuerdes! ¡Ya quiero que nazca! – Me miro directo a los ojos.

Yo mire mi abdomen, no tenía ni un poco de barriga, pero podía sentir los latidos del pequeño bebé que crecía dentro de mí.

- ¿Cuándo empezara a crecer? – Dije sin dejar de ver mi “barriga”

- A los cuatro, igual que Anny, recuerda. – Yo asentí.

Estaba por amanecer. Paul estos dos últimos meses, me obligaba a comer comida de humanos, por el bebé, pero también iba a cazar, teniendo mucho cuidado claro, para no salir lastimada, ni yo, ni mi hijo.

Baje las escaleras, Paul había bajado hacia un rato, y aun no había subido, escuche voces, eran Andrea y Axel.

- ¡Chicos! ¿Qué hacen aquí tan temprano? – Les pregunte.

- Cesar estaba muy inquieto, y sabes cómo me pongo cuando me estreso. – Dijo.

Ella tenía razón yo lo sabía, le daban ganas de irse de la casa de nuevo, y esta vez no volver.

- Calma Andrea. – Dijo Axel tomándole la mano.

Entonces Paul me llego por detrás y me beso el cuello, yo pegue un salto.

- Casi me matas de susto. – mencione.

- Sería imposible, eres una vampiresa. – Dijo Axel.

- Es un dicho Axel. – pause. – Por si no lo sabías. – el me saco la lengua.

Paul se sentó al piano y empezó a tocar, Yo me senté en un sillón y justo al lado se sentó mi cuñada que miraba a Axel como si fuera un dios, entonces me imagine que de seguro era la misma manera en que yo miraba a Paul.

Cuando Paul estaba a mitad de la canción, el latido dentro de mí se acelero.

- Andrea. – Susurre, ella volteo. – Ven, escucha. – Ella puso su cabeza en mi barriga.

- Sorprendente. – Dijo ella sin quitarse de donde estaba.

Axel nos miro extrañado y se acerco e hizo lo mismo que Andrea, entonces yo me inquiete un poco, y el latido fue desacelerando.

Mi cuñada se quito empujando a Axel con ella.

- Seguro será niño. – Dijo Axel. – Por los latidos, tiene que ser niño.

- ¿Acaso a una niña no se le puede acelerar el corazón? – Dijo Andrea. – A mí se me aceleraba el corazón cuando te veía, mientras era humana. – En cuanto Andrea dijo eso Axel le dio un gran abrazo de oso.

Paul se levanto del Piano.

- Hace mucho tiempo que no nace una niña, en la comunidad de los vampiros. – Dijo.

- ¿Por qué? – Enseguida formulo Andrea.

- No lo sé hermana, desde hace mas de mil años no nace una niña, y… dudo que nazca. – Dijo, y su rostro mostraba algo de decepción.

Yo quería que fuera niño, así que no había ningún problema en eso de que hace mil años no naciera una niña entre los vampiros.

- ¡Axel! – Grito Andrea. – Me sorprende que tú no supieras nada de eso.

Axel se paso las manos a través de la cara y se dio una palmadita en el pecho.

- Bueno… Yo no estoy en esa sintonía. – Pensó por un momento y continúo. – ya sabes, no me preocupo por cuántos niños nacen, ni nada de eso.

Paul se le acerco rápidamente, lo miro de arriba a abajo y luego nos miro a Andrea y a mí.

- Yo les dije como era el. – Rio. – Solo se preocupa por cuantas chicas conquista.

Andrea se levanto y corrió hasta ellos, le tomo el brazo a Axel y miro a Paul.

- ¡Ya no es así! – ella se miro. - ¿Necesita algo más que a mí? – Volvió a mirar a Paul. – No lo creo. – se contesto ella misma.

Paul volteo los ojos, camino hacia el sillón se sentó a mi lado.

martes, 26 de julio de 2011

66. Halloween



Halloween

- Adoro La Noche de Halloween, es la única donde no nos tenemos que esconder. – Rio Axel, que apropósito, estaba sin camisa, y tenía una pequeña capa, como la de Dracula, pero… en miniatura.

- ¿Y El niño no se va a disfrazar completamente? – le hice cara de pucheros.

- Si, si, mira mis colmillos. – Enseño los colmillos, los naturales.

En el momento en el que él me enseño los colmillos, sentí como los míos salían al aire, nunca pude hacer eso.

- ¿Cómo...? – Paul no me dejo terminar.

- Es instinto, alguien te los enseña, y tú te defiendes, enseñando los tuyos. – Pauso. – Lindos por cierto.

Anny bajaba las escaleras con Cesar tomado de su mano, estaba disfrazado de un pequeño Dracula.

- ¡Ah! – Dije yo al verlo. – Miren al Pequeño Vampiro.

El se hecho un poco para atrás al ver mis colmillos, y yo hice lo mismo, no recordaba que estaban afuera.

- ¿Cómo los vuelvo a meter? – Pregunte mirando a Paul.

- Siéntate un momento. – Me dijo.

Me senté, y me relaje un poco, Vi entrar a Andrea disfrazada como una gatita.

- ¿Qué tal me veo? – Pregunto.

- Sexi. – Respondió Axel, Paul lo golpeo.

Los colmillos volvieron a su lugar y enseguida Cesar salió corriendo a donde yo me encontraba.

- ¿Qué pasa pequeño? ¿Quieres jugar? – Le dije.

- Pano. – Dijo, y yo me sorprendí. – Pano.

- ¿Pano? – Dijo Anny acercándose. - ¿Qué dijiste amor?

- Piano. – Dijo Cesar.

Genial, su primera palabra había sido piano, pero a él no le gustaba el piano, cada vez que Paul o yo empezábamos a tocar se ponía a dar vueltas por toda la habitación tapándose los oídos.

- Esplendido. – Dijo Darwim entrando a la habitación, vestido de espantapájaros, supuse que era su disfraz. – Mi hijo a pronunciado su primera palabra, supongo que hay que complacerlo, ¿Paul, sol, tocarían?

Todos subimos a la habitación donde se encontraba el piano de Paul, tanto él como yo nos sentamos al piano y empezamos a tocar.

Cesar se comporto como había de esperarse, volvió a dar vueltas por todos lados, y todos reíamos con lo que hacía. Pero mientras tocábamos, el latido del corazón que llevaba en mi vientre, fue tomando un ritmo medio acelerado, al igual que mi corazón cada vez que tocaba el piano.

Al terminar, el latido se calmo un poco y yo lleve mis manos hacia el lugar de donde provenían, Paul se dio cuenta y se exalto.

- ¡Chicos! ¡No les dije! – Respiro. – Sol y yo tendremos un Hijo.

Todos reaccionaron muy sorprendidos, al ver la cara de Andrea, me imagine que así debía haber sido la mía cuando Paul me dijo que esos golpes significaban que estaba Embarazada.

Anny se acerco a mí y me dio un abrazo muy fuerte.

- ¡Al fin! – Eso me sorprendió. – Después de casi tres años.

- Paul y yo los dos primeros años no pensábamos mucho en eso, no, para nada. – Le respondí a Anny sonriente.

- Es genial. – Dijo Axel. – Otro niño.

- Si, ojala sea niño. – Le dije.

- ¿Quieres un niño? – pregunto Paul.

- Bueno, lo que venga, ¿Te parece? – dije, y los latidos se aceleraron de nuevo.

- Por supuesto. – Respondió.

Todos Bajamos juntos las escaleras, Anny me dio una charla de lo que sentiría los próximos meses, no parecía tan malo; Mientras, todos esperábamos a que niños vinieran a la casa en busca de dulces, Anny y Andrea se habían encargado de decorar toda la casa para que pareciera espeluznante.

Mientras que Paul y Axel se encargaron de Poner un sonido cada vez que alguien pusiera los pies sobre la alfombra de la puerta de entrada.

Muchos niños salían corriendo cuando Axel abría la puerta, pues, aun tenía sus colmillos verdaderos afuera, y estaba completamente vestido de negro, cualquiera saldría corriendo si se le aparece en la noche. Otras veces Andrea abría la puerta y muchos niñitos le silbaban, y ella les daba sus dulces.

Toda la noche la pasamos bien, contando historias de terror, y asustando a los niños que venían a buscar dulces. Sin dudas había sido una de las mejores noches.

lunes, 25 de julio de 2011

65. Estas Embarazada


Me tomo de la mano y me beso.

- ¡Estas Embarazada! – Grito, ¿Eso era cambiar de tema?

- ¡Paul! – grite yo, y me volvió a abrazar, estaba tan emocionado, y yo lo estaba, pero me tomo por sorpresa.

- Bueno, está bien, ¿Ahora de que hablamos? Para no hablar de ya sabes. – Señalo mi vientre, y en seguida sentí de nuevo un golpe.

- ¡Sentí un Golpe! – Dije con emoción, la sorpresa ya había pasado.

- Amor, no es un golpe, son los latidos de su corazón, a veces son tan fuertes, que los sientes como golpes contra tu abdomen. – Me explico.

- ¡Ah! - exprese yo, no sabía que decir.

Entonces se me paso por la mente, Darwim y Axel ¿Cuál era la razón por la cual peleaban tanto? Paul dijo que cambiara el tema, entonces eso, me parecía perfecto para cambiar de estado.

- ¿Por qué Axel y Darwim se llevan tan mal? – pregunte.

- ¿A qué viene la pregunta? – quiso saber.

- El cambio de tema. – Le dije.

- Ah. – pensó. – Ellos no tienen precisamente el mejor pasado.

Entonces ellos se conocían desde mucho antes de mi boda.

- Explica. – Pedí.

- Ellos se conocieron cuando Axel aun era humano, Darwim, lo transformo. – Pauso. – Pero, ahora, supongo que Darwim se arrepiente en haberlo transformado.

- ¿Por qué? – Darwim había transformado a Axel, eso no me lo esperaba.

- Axel mato a su… hermana. – Dijo.

- ¿Su hermana?

- Si, Darwim al igual que yo cuando te conocí, tenía una hermana, humana, el debió transformar a Axel muy cerca de ella, y bueno, al terminar la transformación, el humano más cerca, murió, y esa era la hermana de Darwim. – Tomo aire. – Darwim quería crear, a un seguidor, alguien que lo obedeciera; pero al matar a su hermana, el lo hecho de donde estaba.

- ¿Por qué lo tendría que obedecer? – pregunte abrumada.

- Darwim le salvo la vida, lo encontró medio muerto, atacado por un oso. – yo reí en ese momento, me imagine a Axel gritándole a un oso: ¡No Me Mates!; pero entonces comprendí que no era motivo de risa, era una tragedia.

- Entiendo, es como si… Axel hubiera matado a Andrea…

- Yo lo hubiera matado a él, no lo hubiese echado. – me interrumpió.

- Querido… Hay otra cosa que quisiera saber. – le mencione.

- Dime que es, Amor. – Dijo Tranquilo, y miro hacia mi vientre.

- ¡Paul! Ya deja de verme así, no creo que crezca en una hora. – dije. – Bueno, Anny una vez me dijo que Darwim, tenía un pasado oscuro, cuando era humano, ¿Cuál es ese pasado?

- El era brujo, y al transformarse abandono eso completamente, ya que a él, lo iban a quemar en la Fogata… es algo parecido a la película ‘Las Brujas de Salem’ – Me explico. – Pero un Vampiro, lo transformo, haciéndole prometer que dejaría todas sus costumbres.

- Si recuerdo esa película. – Pause. – Especial del día de brujas.

Estaba amaneciendo, Paul y yo habías estado hablando durante toda la noche, muy emocionados, porque… tendría un hijo, o hija.

Yo deseaba que fuera niño, desde pequeña guardaba nombres que me gustaran y si tenía un hijo sin dudas le pondría Sebastián, era el nombre de mi padre.

Ya estábamos a veintinueve de octubre; recordé que dentro de dos días seria el día de brujas, eso me recordó a Darwim, el había sido brujo, con razón creía en la brujería y ese tipo de cosas, pero eso no existía ¿Verdad? Había muchas cosas que yo pensaba que no existían, como los vampiros, pero resulto que eran reales, y yo era una, y toda mi nueva familia eran vampiros, entonces podía ser que hubiera muchas otras cosas que yo pensaba que no existían que fueran reales, Tal vez ¿Las Hadas? No, claro que no, eso sí era imposible que existieran.

viernes, 22 de julio de 2011

64. Suena Bien


Volví a sentir ese golpe, y esta vez dirigí mi mano hacia donde lo había sentido, sin dejar de decorar la torta.

Paul debía haber notado cuando puse mi mano allí porque enseguida sentí su mirada sobre mí.

- ¿Te sucede algo amor? – Pregunto.

- No. – Dije despreocupada, y aleje mi mano de ese lugar.

En eso llegaron Axel y Darwim a la cocina, peleando, como siempre.

- ¡Es la única que conseguí! ¿Qué quieres que haga? – Dijo Axel a Darwim.

- Pero… ¿Bob el Constructor? – Darwim se golpeo la frente. – Es estúpido.

- ¿De qué están Hablando? – Dije yo.

Axel me dirigió una mirada de esas matadoras.

- ¿Y yo que te hice? – Le pregunte.

- Nada, lo siento, no fue mi intención. – Suspiro. – Es sobre la piñata.

Así que peleaban por una piñata, ellos cada día peleaban por cosas más tontas.

- ¡Les dije que No Compraran Piñata! – Dijo Anny.

- Díselo a Axel. – respondió Darwim.

A cantar la torta.

- Cumpleaños Feliz… - Todos Cantábamos en coro. – Te deseamos a ti, Feliz Cumpleaños a Cesar, Feliz cumpleaños a ti.

Cesar aplaudía con todas sus fuerzas al terminar todos de cantar, y de pronto, volví a sentir ese golpe en el abdomen, de nuevo le ignore, y esta vez no se volvió a repetir.

Cuando todos los invitados de Anny se habían ido quedamos exhaustos.

- Hasta ahora me doy cuenta que los humanos cansan. – Dijo Darwim.

- Tu Hijo es un Humano. – Le contesto Axel, buscando motivos para pelear, de nuevo.

- Pero es mi hijo. – dijo Darwim.

Anny y el subieron, con Cesar hacia el segundo piso, Axel y Andrea se quedaron en la sala mirándose como el día que se conocieron, y Paul y yo nos Fuimos a nuestra casa; yo planeaba sacarle la platina de vender la casa de mis padres, a mi no me gustaba mucho la idea, pero no podía dejarla sola, había muchas personas en el mundo que buscaban una casa donde vivir, y yo tenía dos.

Subimos a la segunda planta, directo a nuestra habitación, Paul se tiro en la cama.

- Primera vez que me siento así, desde que soy vampiro, podría hasta dormir. – Dijo y rio.

- ¿Podemos? – El se sentó y me miro directo a los ojos.

- ¿Podemos qué? ¿Dormir? – pregunto.

- Si, ¿Podemos? – repetí.

- No, pero si podemos descansar. – tomo un respiro. – Sol Amor… ¿Por qué desde que amaneció este día has estado algo… extraña?

- ¿Extraña? - ¿Extraña en qué sentido? Tal vez era que había pasado casi toda la noche pensando en que tal vez nunca podría tener un hijo, y para completar tres veces sentí unos terribles golpes en mi abdomen, si tal vez esa era la razón por la cual estaba extraña.

- Si, extraña, pensativa, ¿Por qué? – quiso saber.

- He estado estresada por todo lo del cumpleaños. – Mentí.

- ¿Sabes que no me puedes mentir, verdad? – Pauso. – No me engañas, dime qué te pasa.

- Lo sé. – Él tenía razón, nunca podía mentir. – Estos meses, que hemos intentado todo para que quede embarazada, pues, me han deprimido. – se lo dije, no podía creer que se lo había dicho.

- No es tan fácil, que una vampira quede embarazada, mi querida Sol, ¿Por qué crees que yo no me he deprimido? – Pauso. – Lo de Anny, fue… solo suerte, supongo.

- Y de paso, he estado siento unos golpes muy fuertes en mi abdomen, y me estresa. – Pause. – Tal vez esa es la razón, por la cual no puedo estar embarazada.

- ¿Golpes? – el rio, y de repente toda la habitación se sintió con un aura de tranquilidad, ¡Su risa! Hacía que todo dentro de mí se moviera, pero no entendía la razón los la cual reía.

- ¿Por qué te ríes? – Pregunte.

- ¿Desde cuándo sientes esos “Golpes”? - Resalto la palabra golpes, y hizo unas comillas con los dedos.

- Si son golpes, y desde esta tarde. – Le respondí. - Aunque hacia unos días sentía algo así, pero como menos fuerza y nos les di la mínima importancia, ¿Es Malo?

- No es Para Nada Malo. – Me abrazo, y luego me miro directo a los ojos. – Sol, estas embarazada.

Si no hubiese sido vampiro, juraba que me caía desmayada, ¿Estaba Embarazada? Y ¿Cómo Paso? Bueno, sabía como había pasado, pero después de tantos intentos, ya yo me había rendido.

Paul se miraba asombrado, lleno de felicidad, y yo me preguntaba si me veía igual, o tal vez, me veía como me estaba sintiendo, llena de preguntas, con pánico, completamente sorprendida.

- ¿Quieres que cambiemos de Tema? – pregunto al ver mi expresión, confundida.

- Claro. – Tome Aire. – Tenemos que vender la casa de mis padres.

- Sol, ya hemos discutido esto, es una falta de respeto hacia tus padres. – Pauso. – Tú creciste ahí.

- Lo sé Amor, pero si la dejamos sola se caerá en ruinas. – Le dije.

- La alquilamos, tan fácil como eso, no es difícil encontrar inquilinos. – Dijo, y parecía una buena idea.

- Está bien, eso suena bien. – Le respondí.

63. Primer Añito


- Tengo que limpiar. – me levante de la cama, no podía creer todo el desastre que había.

- Tranquila, yo lo hago. – yo lo mire incrédula.

- No, yo lo hago. – Pause. – Y si no quieres, lo hacemos los dos.

- Yo conozco algo que podemos hacer los dos. – Dijo y rio.

- Así…. ¿Qué? – dije yo con una sonrisa picara en mi rostro, Tanto él como yo, estábamos cubiertos de sangre.

- Limpiar esto, y luego darnos una ducha caliente, ¿Te parece? – Pregunto.

- Perfecto. – Le dije.

Estuvimos limpiando por tres horas continuas, luego nos dimos una ducha muy larga, y nos acostamos a ver televisión.

- Sol… - Suspiro. – Por un momento pensé que…

No termino la oración, lo mire extrañada.

- Pensaste... ¿Qué? – quise saber.

- Nada, es una tontería. – Dijo.

- Vamos no seas tonto, dime.

- Que estabas… ya sabes, embarazada. – Me miro lleno de ilusión.

Yo me quede callada, el en verdad deseaba tener un hijo, pero yo no sabía si eso se podía, el y yo no nos cuidábamos, y si no había quedado embarazada, era por algo; yo no me sentía preparada, pero adoraba a los niños, y desde pequeña siempre quise llegar a ser madre, pero ¿Qué mujer no desea serlo?, tal vez era estéril, tal vez había algo en mi cuerpo que no funcionaba bien.

Pero si él lo deseaba tanto habría que intentarlo.

- Sol… ¿No me responderás? – ups, no me había dado cuenta de que no le había respondido.

- ¿Tanto lo deseas? – Pregunte.

- Si tú no lo deseas, yo no lo deseo. – Dijo y me abrazo.

No supe que responder a eso, el siempre estaba de mi lado, me entendía, me comprendía, y yo me portaba egoísta con él, tal vez era el momento de madurar y formar una familia, ya llevábamos dos años casados, tal vez si era el momento y yo no me di cuenta antes. Lo intentaría.

Ocho meses después.

Paul y yo estuvimos intentando poder tener un hijo, ya a mi me está gustando la idea de poder tener a mi propio hijo, pero también me estaba entristeciendo, pues Paul y yo no lográbamos nada, mientras, Cesar ya cumplía un Año, estaba gigante, y se la pasaba corriendo por todos lados.

Estábamos a veintiocho de Octubre, y celebraríamos la fiesta de cumpleaños de mi sobrino político.

- ¿Cómo pasa el tiempo no? – Me dijo Anny, mientras preparábamos algo de comida para las amigas de Anny que vendrían a celebrar junto a ella el primer año de su hijo.

- Si, y míranos, seguimos siendo más jóvenes que todo el mundo que conocemos. – Dije y reí.

- Siempre lo seremos. – Me dijo y guiño un ojo.

Anny saco la torta del horno y me dijo que la decorara, mientras le ponía el merengue, Paul me llego por detrás y me dio un abrazo.

- Un Beso. – Le dije, y me lo dio.

- Todo está quedando perfecto. – Me dijo mientras pasaba el dedo a través de un poco de merengue.

- Paul. – Dijo Anny, y le golpeo la mano a mi esposo, yo reí.

El me dio un golpecito en la espalda y yo reí aun más de lo que había reído en todo el día.

- ¿Dónde está mi bebé? – Dijo Anny cuando vio entrar corriendo a Cesar por la puerta de la cocina, Andrea lo perseguía.

- Tu bebé no quiere ponerse los zapatos. – Dijo Andrea.

Anny se agacho y miro a Cesar directo a los ojos.

- Deja que tu tía te ponga los zapatos. – Le decía mientras señalaba a Andrea.

El corrió hacia Andrea, y ella lo agarro en brazos.

- Si que estas pesado Pequeño. – Dijo Andrea mientras salía de la cocina.

En ese momento sentí un golpe en el abdomen, lo ignore, tenía que seguir decorando la torta

- ¿Qué le escribo? – Le pregunte a Anny.

- Mi Primer añito. – Pensó. – Si eso está bien.

jueves, 21 de julio de 2011

62. Sangre Podrida


Cuatro meses Después

Cesar, el hermoso hijo de Anny, estaba gigante, casi caminaba ya, me sorprendía la forma en cómo evolucionaba, apenas tenía cuatro meses de haber nacido y cualquiera juraría que tenía ocho o más.

Paul estos meses me había estado hablando sobre bebés e hijos, le emocionaba mucho la idea de tener el suyo propio, pero yo insistía en que aun no estábamos listos, además era suficiente un bebé en casa, no quería otro niño al cual entretener cada cinco minutos porque se aburría muy rápido.

Darwim cargaba con Cesar de una casa a la otra, cuando se cansaba de él, lo traía para que Paul y yo lo divirtiéramos tocando el piano, pero era muy inquieto y no le prestaba ni la mínima atención a la melodía; cada día el niño se parecía más a su padre, completamente rubio y de ojos miel, a pesar de que sus dos padres eran rubios, se inclinaba mas a Darwim, era idéntico a él, excepto que en la personalidad, juraría que era idéntico a Anny, muy inquieto.

Mi esposo pasaba horas jugando con su sobrino, se turnaba con Andrea y Axel que lo trataban como un juguete, algo que me sorprendía de Andrea, ya que de Axel se podía esperar todo, el pasaba de tener diez y seis años, a tener diez, seis, y hasta a veces parecía de dos, por sus actitudes; Andrea lo trataba como un niño y creo que esa era la razón por la cual Axel estaba así, ya que cuando yo lo conocí, era alguien muy maduro, un conquistador como lo llamaba Paul, ahora lo llamaba niño autista, malcriado, o la primera cosa que se le pasara por la mente.

Yo ayudaba a Anny a prepararle los teteros, los jugos, y ayudaba a cambiarlo; a mí me sorprendía mucho que Anny no produjera leche, pero Paul me había explicado, que los vampiros no contamos exactamente con todas las cualidades de los humanos, solo el hecho de poder tener hijos a través de un parto. Las demás cualidades provenían de animales como los felinos, de allí provenía nuestro gran sentido del nuestro olfato y la manera en que podíamos escuchar a tal claridad; nuestra vista venia del Águila, el animal con la mejor vista en todo el mundo; Paul no me supo explicar muy bien e donde provenía nuestra velocidad, decía que tal vez fuera de guepardo, pero nosotros podíamos correr a muchísima mayor velocidad que ellos, pero él, al igual que yo, admiraba a estos hermosos animales.

Sentí un golpecito en la pierna, baje mi mirada y allí estaba Cesar, gateando, lo tome en brazos y lo senté en mis piernas, empezó a moverse a todos lados, movía sus pequeñas manos hacia el piso señalándome que quería bajar; en eso Anny venia caminando con un tetero en mano, y Cesar empezó a alzar los brazos hacia ella, sin ninguna duda mi pequeño sobrino político estaba muy pegado con su mamá.

Se lo entregue y lo alimento; ni Andrea, ni Axel, ni Darwim estaban en casa, habían ido a cazar, y en cuanto ellos volvieran iríamos Anny, Paul y yo. A Anny no le agradaba mucho la idea de dejar a su “pequeño” bebé, pues no era tan pequeño.

Darwim, llego y nos informo que Axel y Andrea le dijeron que planeaban dar un paseo, a Paul no le gusto mucho lo que escucho pues la última vez que ellos se habían ido de paseo, solos, Andrea había cometido el más grande error de su vida, aparte de haberse teñido el cabello de rojo, pero de Anny de tanto rogarle le había convencido para que lo volviera a pintar de su color natural, y así se veía mucho mejor.

Enseguida Anny le entrego el bebé a Darwim, y nos fuimos a Cazar.

Regresando a casa

- ¿No entraran? – Pregunto Anny, invitándonos a su casa.

- No hermana, estamos cansados. – respondió mi esposo, estaba tramando algo, sin dudas. – Nos vemos Mañana.

Me tomo en brazos y me llevo hasta la casa, luego subió las escaleras, y yo sentí un mareo.

- Paul bájame. – Dije mareada. – Paul bájame. – Repetí.

Me bajo con cuidado y yo me tire al suelo.

- ¿Qué pasa Sol? – Pregunto, yo no le respondí.

Se tiro al suelo a un lado de mí, y agarro mi barbilla.

- ¿Estás Bien Amor? – Me miro preocupado. - ¿Qué ocurre?

- No lo sé, nunca había sentido algo así desde que me transforme. – Le dije y sentí un ardor en mi garganta.

- ¿Qué sientes?

- Estoy mareada, me arde la garganta. – Conteste.

- ¿Sol que cazaste?

Al ver que no respondía me tomo la mano.

- ¿Qué Cazaste? – Volvió a preguntar.

- No lo recuerdo, unos alces, un zorro, no lo recuerdo bien. – Dije.

- ¿No tomaste sangre de un animal ya muerto verdad? – Pregunto, y yo intente recordar, pero cuando entro en la fase de caza, no recuerdo casi nada de lo que hice, todo es muy borroso; entonces recordé, un alce tirado en el suelo.

- Creo que sí. – Respondí, todo me daba vueltas.

El enseguida reacciono, me tomo en brazos y me acostó en la cama.

- Perdóname por esto. – Me golpeo muy fuerte en el estomago.

En seguida casi toda la habitación estaba llena de sangre, pero sentí un gran alivio.

- La sangre estaba podrida, no vuelvas a beber sangre así ¿está bien? – Dijo aun preocupado.

61. ¿Habrá Un Peligro?

Paul me miro y me guiño el ojo

- ¿Me prestas a mi sobrino? – Me dijo mi esposo, y yo se lo di, Paul se miraba tan hermoso con el niño en brazos, entonces recordé la charla que habíamos tenido hacia unos minutos, tal vez Paul quería un hijo, pero, yo aun no me sentí lista, el tenia casi doscientos años, mientras que yo apenas tenía veinte, claro, como humana, como vampira apenas tenía dos.

Anny y Andrea bajaron las escaleras.

Anny se veía esplendida, como si nunca hubiese estado embarazada; aunque embarazada se veía muy bien, el embarazo le había sentado tan bien que hasta su humor mejoro muchísimo.

- Dame a mi bebé. – Dijo Anny a su hermano. – Dámelo. – Repitió sonriente.

- Tómalo. – Dijo Paul.

Mi esposo me jalo del brazo y me llevo a sentarnos de nuevo en el sillón.

- ¿Hermoso, no? – Me miro, maravillado.

- Si, salió a su tío. – Lo bese.

- Y a su tía. – respondió y me volvió a besar.

Me di cuenta que Anny nos quedo mirando cuando dijimos eso.

- ¡No! Salió a sus padres – dijo y rio.

Paul y yo reímos, y nos dimos un beso esquimal.

- Sigue explicándome… ¿Por qué nacen Humanos? – Le mencione.

- Pues, si nacen vampiros, no podrían crecer y se quedaran recién nacidos por la eternidad, entonces nacen así, y solo sus padres pueden decidir si transformarlos o no. – Pauso. – Yo a veces también me pregunto eso, pues no tiene mucho sentido.

- Y… ¿Por qué nacen tan grandes? – Lance otra pregunta.

Supuse que nadie nos estaba escuchando, pues todos estaban con Anny y Darwim, haciéndole ruidos y pucheros al bebé.

- Eso también tiene que ver, nacen muy fuertes, mucho más que los bebes normales, puesto que sus padres son vampiros y les transmiten algunos de sus genes. – Tomo un respiro y echo una ojeada al niño. – Ellos están mucho tiempo en el vientre, lo necesitan para poder sobrevivir en el parto.

- Ah, ya entiendo. – Dije. – Ellos necesitan más tiempo en el vientre para poder desarrollarse mejor, para estar listos para un parto vampírico, ¿No?

- Exactamente, mi Sol. – Me volvió a guiñar un ojo.

En eso Anny se sentó a un lado de nosotros, Darwim la seguía como un perrito persigue a su amo, Andrea y Axel se fueron a la parte de Arriba, y solo quedamos cuatro personas en la planta de abajo.

- Hay que tener mucho cuidado. – Dijo Darwim a Anny.

- ¿Por qué? – Intervino Paul.

- Con Andrea, no quiero que ocurra una tragedia. – Explico Darwim.

Entonces entendí que él hablaba del incidente de hacia un año, pero Andrea no había vuelto a probar la sangre humana, aunque estuvo a punto muchas veces, ella recordaba la promesa que había echo, y bebía la sangre de animales, a pesar de que no le gustara para nada su sabor.

- Ella no le hará nada. – Dijo Anny. – Ella lo quiere, estaba ansiosa porque naciera.

- Ella quería a su mejor amiga. – Darwim volteo los ojos.

- ¡Ya Basta! Mi hermana, está aprendiendo a controlarse. – Dijo Paul algo enojado. – Pero si no confían en ella, mejor que se venga a vivir con nosotros por un tiempo, mientras el bebé se pone más fuerte ¿Bien?

- Es una buena idea. – Dijo Darwim.

Pero, Paul no me consulto nada, Paul estaba acostumbrado a que yo fuera muy mansa, pero, mi privacidad creo que nadie me la podría quitar.

- ¿Sol Te parece bien la idea? – Pregunto Anny al ver mi expresión. – Porque a mí no.

- No, tampoco me parece, mas bien, ella podría aprender a controlarse más, pasando más tiempo cerca de los humanos. – Dije, y Paul me miro inexpresivo.

- Sol, tiene razón. – Dijo Andrea entrando a la sala. - ¿Por qué quieren que me aleje de mi sobrino? ¡Ya puedo Controlarme!

- ¿Estás segura de eso? – Pregunto Darwim.

- Por supuesto que lo estoy, - Pauso. – Dame a Cesar Hermana. – Dijo.

Anny se lo paso con mucho cuidado y Andrea se puso a hacerle cariñitos y a hablarle chiquito, el bebé reía con todo lo que Andrea hacia.

- ¿Ves mis pupilas dilatadas Darwim? – Pregunto Andrea.

- No, - Tomo aire. – Supongo que no hay ningún peligro.

Yo mire a Paul y él me hiso un gesto de pregunta, supuse que quería hablarme de lo que acababa de pasar, ya era de noche, Andrea le dio el niño a Anny y esta lo alimento y lo fue a dormir, Darwim como cosa rara, se fue detrás de ella.

Paul y yo nos fuimos a nuestra casa, tocamos un rato al piano, pero él me interrumpió.

- ¿Qué Paso con Andrea? – pregunto.

- Con ella nada querido, - Pause. – No quería perder nuestra privacidad eso es lo que paso, fui egoísta lo sé.

El se acerco a mí lentamente y me abrazo.

- No seas Tonta Sol, Nadie nos puede quitar eso. – Dijo y me beso. - ¿Vamos a Arriba?

- Claro. – Dije levantándome.