lunes, 8 de noviembre de 2010

32. Hay Ventajas



Ya no había vuelta atrás, ya era una inmortal. Y Eso lo había deseado, sería feliz por siempre, junto a Paul.
Me preguntaba cómo había pasado, todo fue tan rápido, ¿de dónde había salido esa mujer? Paul y yo pensábamos que nos habíamos desecho de ella, pero no fue así, cuando menos lo esperábamos fue cuando ella llego, e intento separarnos, pero no lo logro, y ahora, ella estaba… muerta. También me pregunte como inmortal podía morir, Paul me dijo que no se lo preguntara, ¿Por qué? ¿Por qué no quería decirme?
- Sol, que tal si vamos a tu casa, hay cosas que ordenar, y… no sé después, podemos salir, a alguna parte. – Me invito mi querido vampiro.
- Bueno Vamos. – Dije mientras abría la puerta principal.
- ¿Vamos en auto? – Pregunto alzando una ceja.
- Quiero ser lo más normal posible. – Mencione.
- Está bien. – Pauso. – Yo Conduzco.
- Paul – Dije poniendo puchero. – Es mi auto.
No me respondió, solo se subió al asiento del piloto y bueno, no me dejo opción, el condujo.
Al llegar a mi casa, entre directo a la cocina, y vi encima del mesón aun la ‘comida’ que me había dejado la vampira que ya no existía.
- Paul esta es tu letra, ¿Cómo…?
- No esa no es mi letra, es la de ella, solo que, trato de hacerla igual y lo… logro, no por completo… yo no escribiría ‘sé que estas extrañada’ de esa forma. – Dijo Corrigiendo.
- Botemos esto ¿sí? – Añadí.
Le hable un momento a mis padres, para ver como estaban, y ya estaban contentos de regresar, yo no sabía cómo reaccionar cuando llegaran ¿Notarían el cambio?
Mis ojos en este momento era de un naranja pálido, Paul me había dicho de dentro de unos 3 días regresarían a su color natural, hoy saldríamos, aun no sabíamos a donde.
Fui a darme un ducha, y sentía el agua como hielo sobre mi nueva piel, pero luego se sintió tan refrescante como el vaso con… sangre, que Paul me había dado esa mañana.
Me vestí rápido, me puse unos legins negros con una camisa larga blanca, deje mi cabello húmedo y baje las escaleras, el estaba allí esperando.
- Pero que hermosa mi Querida Sol. – Se que si aun fuera humana me hubiese sonrojado.
- ¿No extrañas que me ponga roja por cada palabra que sale de tu boca?
- Amor, no trato de extrañarlo, porque ahora estarás conmigo en la eternidad. – Dijo decidido.
- Gracias, ¿Paul Me veo bien como vampira? – Quise saber, aunque para mi… era perfecta, algo que yo, jamás hubiese querido ser, la perfección no lo era todo, pero el ser vampiro constaba de algunas ventajas.
- Amor, eres Hermosa, aun mas que antes, ven aquí… - Dijo jalándome hacia él.
Me dio un beso, mi primer beso como inmortal, el beso más rico que pude apreciar, ya sus labios no se sentían tan fríos como yo lo recordaba, ahora eran cálidos.

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