viernes, 22 de julio de 2011

64. Suena Bien


Volví a sentir ese golpe, y esta vez dirigí mi mano hacia donde lo había sentido, sin dejar de decorar la torta.

Paul debía haber notado cuando puse mi mano allí porque enseguida sentí su mirada sobre mí.

- ¿Te sucede algo amor? – Pregunto.

- No. – Dije despreocupada, y aleje mi mano de ese lugar.

En eso llegaron Axel y Darwim a la cocina, peleando, como siempre.

- ¡Es la única que conseguí! ¿Qué quieres que haga? – Dijo Axel a Darwim.

- Pero… ¿Bob el Constructor? – Darwim se golpeo la frente. – Es estúpido.

- ¿De qué están Hablando? – Dije yo.

Axel me dirigió una mirada de esas matadoras.

- ¿Y yo que te hice? – Le pregunte.

- Nada, lo siento, no fue mi intención. – Suspiro. – Es sobre la piñata.

Así que peleaban por una piñata, ellos cada día peleaban por cosas más tontas.

- ¡Les dije que No Compraran Piñata! – Dijo Anny.

- Díselo a Axel. – respondió Darwim.

A cantar la torta.

- Cumpleaños Feliz… - Todos Cantábamos en coro. – Te deseamos a ti, Feliz Cumpleaños a Cesar, Feliz cumpleaños a ti.

Cesar aplaudía con todas sus fuerzas al terminar todos de cantar, y de pronto, volví a sentir ese golpe en el abdomen, de nuevo le ignore, y esta vez no se volvió a repetir.

Cuando todos los invitados de Anny se habían ido quedamos exhaustos.

- Hasta ahora me doy cuenta que los humanos cansan. – Dijo Darwim.

- Tu Hijo es un Humano. – Le contesto Axel, buscando motivos para pelear, de nuevo.

- Pero es mi hijo. – dijo Darwim.

Anny y el subieron, con Cesar hacia el segundo piso, Axel y Andrea se quedaron en la sala mirándose como el día que se conocieron, y Paul y yo nos Fuimos a nuestra casa; yo planeaba sacarle la platina de vender la casa de mis padres, a mi no me gustaba mucho la idea, pero no podía dejarla sola, había muchas personas en el mundo que buscaban una casa donde vivir, y yo tenía dos.

Subimos a la segunda planta, directo a nuestra habitación, Paul se tiro en la cama.

- Primera vez que me siento así, desde que soy vampiro, podría hasta dormir. – Dijo y rio.

- ¿Podemos? – El se sentó y me miro directo a los ojos.

- ¿Podemos qué? ¿Dormir? – pregunto.

- Si, ¿Podemos? – repetí.

- No, pero si podemos descansar. – tomo un respiro. – Sol Amor… ¿Por qué desde que amaneció este día has estado algo… extraña?

- ¿Extraña? - ¿Extraña en qué sentido? Tal vez era que había pasado casi toda la noche pensando en que tal vez nunca podría tener un hijo, y para completar tres veces sentí unos terribles golpes en mi abdomen, si tal vez esa era la razón por la cual estaba extraña.

- Si, extraña, pensativa, ¿Por qué? – quiso saber.

- He estado estresada por todo lo del cumpleaños. – Mentí.

- ¿Sabes que no me puedes mentir, verdad? – Pauso. – No me engañas, dime qué te pasa.

- Lo sé. – Él tenía razón, nunca podía mentir. – Estos meses, que hemos intentado todo para que quede embarazada, pues, me han deprimido. – se lo dije, no podía creer que se lo había dicho.

- No es tan fácil, que una vampira quede embarazada, mi querida Sol, ¿Por qué crees que yo no me he deprimido? – Pauso. – Lo de Anny, fue… solo suerte, supongo.

- Y de paso, he estado siento unos golpes muy fuertes en mi abdomen, y me estresa. – Pause. – Tal vez esa es la razón, por la cual no puedo estar embarazada.

- ¿Golpes? – el rio, y de repente toda la habitación se sintió con un aura de tranquilidad, ¡Su risa! Hacía que todo dentro de mí se moviera, pero no entendía la razón los la cual reía.

- ¿Por qué te ríes? – Pregunte.

- ¿Desde cuándo sientes esos “Golpes”? - Resalto la palabra golpes, y hizo unas comillas con los dedos.

- Si son golpes, y desde esta tarde. – Le respondí. - Aunque hacia unos días sentía algo así, pero como menos fuerza y nos les di la mínima importancia, ¿Es Malo?

- No es Para Nada Malo. – Me abrazo, y luego me miro directo a los ojos. – Sol, estas embarazada.

Si no hubiese sido vampiro, juraba que me caía desmayada, ¿Estaba Embarazada? Y ¿Cómo Paso? Bueno, sabía como había pasado, pero después de tantos intentos, ya yo me había rendido.

Paul se miraba asombrado, lleno de felicidad, y yo me preguntaba si me veía igual, o tal vez, me veía como me estaba sintiendo, llena de preguntas, con pánico, completamente sorprendida.

- ¿Quieres que cambiemos de Tema? – pregunto al ver mi expresión, confundida.

- Claro. – Tome Aire. – Tenemos que vender la casa de mis padres.

- Sol, ya hemos discutido esto, es una falta de respeto hacia tus padres. – Pauso. – Tú creciste ahí.

- Lo sé Amor, pero si la dejamos sola se caerá en ruinas. – Le dije.

- La alquilamos, tan fácil como eso, no es difícil encontrar inquilinos. – Dijo, y parecía una buena idea.

- Está bien, eso suena bien. – Le respondí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario