50. Desapercibidos.

Pude Notar luego de una hora bajo el sol, que Nuestra piel volvió al color que tuvo en la madrugada.

- Amor… ¿Por qué Nuestra Piel…? – El me Interrumpió.

- ¿Por qué nuestra Piel es como la de los Humanos bajo el sol? – Adivino mi Pregunta. - ¿Nunca lo habías notado?

- No, nunca me fije tanto en tu piel y en la mía. – Dije y lo mire con picardía.

- ¿Si quiera el día que me preguntaste como es que podía resistir al sol? – Pregunto y yo enseguida recordé esa imagen, su piel estaba igual que ahora.

Pero como se lo iba a preguntar, si en ese entonces a penas nos conocíamos, y apenas el me había dicho que era un vampiro, y yo le reprochaba que no podía ser porque esas cosas no existían y como podía resistir estar tan cerca de un humano o debajo del sol, y ahora me observo y soy una de esas creaturas que yo me negaba a creer que existieran.

- ¿Sol? – Escuche su voz a través de mis pensamientos.

- ¿Qué? – Reaccione y el rio.

- Te explicare. – Pauso. – Nosotros tenemos que hacernos pasar como humanos siempre, tú sabes que muchos humanos cuando está nublado su piel se ve más clara de lo normal, y cuando hay sol normalmente se ponen rojos. – Tomo un respiro. – Cuando estamos expuestos al sol, nuestra piel se pone de este color para poder pasar desapercibidos.

- Entiendo, Pero… - Pause. - Siempre he querido hacerte esta pregunta, ¿Por qué los humanos no saben de su… bueno, nuestra existencia?

- Aja, ya te creías que volviste a ser humana. – Rio. – En la antigüedad se sabía, pero con el cambio de los tiempos, ya cuando yo me convertí, las personas se negaban a creer que había seres más perfectos que ellos.

- Que engreídos son los humanos. – dije y reí.

Paul se acerco y me abrazo, ya era tarde habíamos pasado mucho tiempo en el agua, hablando y riendo, faltaban dos días para irnos de nuevo a Seattle, nuestra luna de miel seria corta, pero… teníamos toda la eternidad… ¿Acaso necesitábamos más?

Nos secamos con las toallas y nos vestimos, fuimos a cazar por una hora y luego regresamos al hotel.