miércoles, 13 de julio de 2011

51. Sangre Humana


Día de regresar a casa.

Subimos al avión muy temprano en la mañana, y al llegar a Seattle nos sentíamos en nuestro hogar, Paul planeaba comprar una casa que estaba en venta al lado de la casa donde él vivía hacia tres años, cuando descubrió que Luna había reencarnado en mí.

Yo nunca quise preguntarme más sobre mi vida pasada, era el pasado, y allí debía quedarse, su alma permanecía en mi cuerpo para siempre ya que me había convertido, Paul me había explicado, que él no creía en la reencarnación hasta que empezó a interesarse por aquella chica hija del hombre que había comprado su piano, que cuando me vio por primera vez, no podía creerse lo idénticas que éramos Luna y yo, dudo durante un año que fuéramos la misma persona, hasta que me escucho tocar el piano, allí descubrió que éramos la misma, ya que teníamos una peculiaridad al tocarlo, el movimiento de nuestras manos, y la pasión con que lo hacíamos. Cuando llego al instituto y me conoció supo que había cambiado, ya no era la chica consentida que temía enfrentarse a la realidad que decidió morir antes de que el la buscara, que él había conocido, si no una chica que no temía a enfrentarse a todos los desafíos que le pusieran en frente.

- Sol... ¿Estás Allí? – Escuche la voz de Paul, inmediatamente que me dio un golpecito en la cabeza.

- Si ¿qué pasa? – Respondí algo seca.

- Ya me dieron las maletas, ¿Lista Para ir a casa? – Pregunto.

- Claro – dije yo.

Caminamos hasta el estacionamiento y pusimos las maletas en el maletero del auto, y en seguida nos pusimos en marcha hacia casa de Paul, Yo le había mencionado muchas veces el hecho de que deberíamos mudarnos a la casa de mis padres, hoy mi casa, ya que ellos habían partido de este mundo sin poder hacer si quiera un testamento, tan solo una carta, que fue lo mejor que pude haber encontrado en mi vida, sin esa carta todas las paredes que había construido en mi vida se hubiesen derrumbado; Paul se negaba a vivir en esa casa, ya que le parecía una falta de respeto hacia la memoria de mis padres, pero tampoco quería que yo la vendiera ya que yo había crecido allí.

Hacía meses no iba al instituto, muchos debieron pensar que había dejado mis estudios, pero desde que Salí de vacaciones, el dueño del instituto no lo había abierto por remodelaciones; mi piano estaba en casa de los Clanwderd así que no tenia porque volver al instituto hasta que empezaran de nuevo las clases.

Ya estábamos en frente de casa de los Clanwderd, y enseguida escuche unos gritos, que eran más que todo regaños, mire a Paul y este se bajo del Auto de inmediato, yo seguí su acción y entramos a la casa, Anny le gritaba a Axel y a Andrea que se encontraba detrás de él pálida, el cabello teñido de rojizo y con la boca llena de sangre, en seguida mi mente empezó a imaginarse cosas que seguro eran las que habían pasado.

- ¿Cómo se te ocurre llevártela a un lugar donde hay tantos Humano? – Gritaba Anny, aun sin darse cuenta de que Paul y yo estábamos allí. – No entiendes que ella no puede controlarse, Tú puedes por tener tanta experiencia, pero mírala, esta frenética. – En seguida mire a Andrea que temblaba con una sonrisa malévola en sus ojos y ella me miro.

- Sol, Paul, están Aquí. – Note en su voz algo extraño, Luego sentí las miradas de Anny y Axel clavadas sobre Paul y yo.

- Valla forma de recibirnos. – Dijo Paul.

- Tu hermana acaba de asesinar a una persona. – Grito Anny en una voz ahogada, Andrea rio con desdén, parecía más un llanto.

Paul se movió de mi lado y quito a Axel del camino para quedar en frente de su hermana menor, yo estaba atónita, no podía creer lo que Anny estaba diciendo.

Axel se coloco a mi lado y yo lo mire con desprecio, Anny lo tomo del brazo y lo puso contra la pared, Mientras Paul regañaba a Andrea, Anny hacia lo mismo con Axel.

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