martes, 26 de julio de 2011

66. Halloween



Halloween

- Adoro La Noche de Halloween, es la única donde no nos tenemos que esconder. – Rio Axel, que apropósito, estaba sin camisa, y tenía una pequeña capa, como la de Dracula, pero… en miniatura.

- ¿Y El niño no se va a disfrazar completamente? – le hice cara de pucheros.

- Si, si, mira mis colmillos. – Enseño los colmillos, los naturales.

En el momento en el que él me enseño los colmillos, sentí como los míos salían al aire, nunca pude hacer eso.

- ¿Cómo...? – Paul no me dejo terminar.

- Es instinto, alguien te los enseña, y tú te defiendes, enseñando los tuyos. – Pauso. – Lindos por cierto.

Anny bajaba las escaleras con Cesar tomado de su mano, estaba disfrazado de un pequeño Dracula.

- ¡Ah! – Dije yo al verlo. – Miren al Pequeño Vampiro.

El se hecho un poco para atrás al ver mis colmillos, y yo hice lo mismo, no recordaba que estaban afuera.

- ¿Cómo los vuelvo a meter? – Pregunte mirando a Paul.

- Siéntate un momento. – Me dijo.

Me senté, y me relaje un poco, Vi entrar a Andrea disfrazada como una gatita.

- ¿Qué tal me veo? – Pregunto.

- Sexi. – Respondió Axel, Paul lo golpeo.

Los colmillos volvieron a su lugar y enseguida Cesar salió corriendo a donde yo me encontraba.

- ¿Qué pasa pequeño? ¿Quieres jugar? – Le dije.

- Pano. – Dijo, y yo me sorprendí. – Pano.

- ¿Pano? – Dijo Anny acercándose. - ¿Qué dijiste amor?

- Piano. – Dijo Cesar.

Genial, su primera palabra había sido piano, pero a él no le gustaba el piano, cada vez que Paul o yo empezábamos a tocar se ponía a dar vueltas por toda la habitación tapándose los oídos.

- Esplendido. – Dijo Darwim entrando a la habitación, vestido de espantapájaros, supuse que era su disfraz. – Mi hijo a pronunciado su primera palabra, supongo que hay que complacerlo, ¿Paul, sol, tocarían?

Todos subimos a la habitación donde se encontraba el piano de Paul, tanto él como yo nos sentamos al piano y empezamos a tocar.

Cesar se comporto como había de esperarse, volvió a dar vueltas por todos lados, y todos reíamos con lo que hacía. Pero mientras tocábamos, el latido del corazón que llevaba en mi vientre, fue tomando un ritmo medio acelerado, al igual que mi corazón cada vez que tocaba el piano.

Al terminar, el latido se calmo un poco y yo lleve mis manos hacia el lugar de donde provenían, Paul se dio cuenta y se exalto.

- ¡Chicos! ¡No les dije! – Respiro. – Sol y yo tendremos un Hijo.

Todos reaccionaron muy sorprendidos, al ver la cara de Andrea, me imagine que así debía haber sido la mía cuando Paul me dijo que esos golpes significaban que estaba Embarazada.

Anny se acerco a mí y me dio un abrazo muy fuerte.

- ¡Al fin! – Eso me sorprendió. – Después de casi tres años.

- Paul y yo los dos primeros años no pensábamos mucho en eso, no, para nada. – Le respondí a Anny sonriente.

- Es genial. – Dijo Axel. – Otro niño.

- Si, ojala sea niño. – Le dije.

- ¿Quieres un niño? – pregunto Paul.

- Bueno, lo que venga, ¿Te parece? – dije, y los latidos se aceleraron de nuevo.

- Por supuesto. – Respondió.

Todos Bajamos juntos las escaleras, Anny me dio una charla de lo que sentiría los próximos meses, no parecía tan malo; Mientras, todos esperábamos a que niños vinieran a la casa en busca de dulces, Anny y Andrea se habían encargado de decorar toda la casa para que pareciera espeluznante.

Mientras que Paul y Axel se encargaron de Poner un sonido cada vez que alguien pusiera los pies sobre la alfombra de la puerta de entrada.

Muchos niños salían corriendo cuando Axel abría la puerta, pues, aun tenía sus colmillos verdaderos afuera, y estaba completamente vestido de negro, cualquiera saldría corriendo si se le aparece en la noche. Otras veces Andrea abría la puerta y muchos niñitos le silbaban, y ella les daba sus dulces.

Toda la noche la pasamos bien, contando historias de terror, y asustando a los niños que venían a buscar dulces. Sin dudas había sido una de las mejores noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario