lunes, 4 de julio de 2011

45. Fiesta






- Hola. – Dijo Paul en mi oído. Y Darwin estaba detrás del.

Darwin se puso al lado de Anny y miro a Paul con algo de misterio.

- ¿Bueno nos vamos a la fiesta? – Pregunto Paul.

Anny asintió al igual que yo.

Nos fuimos a la casa donde todo estaba decorado para ser la mejor fiesta de los tiempos, o eso había dicho Anny y Andrea. Al llegar, Paul y yo bailamos un vals y la fiesta empezó.

Bailamos durante mucho rato, todos nos estábamos divirtiendo, pero más Paul y yo, solo por el hecho de habernos casado y estar juntos.

En un momento le Tome la mano a Paul y lo guie por las escaleras hasta llegar a la habitación donde estaba mi piano.

- ¿Déjame cambiarme el vestido si? – Dije.

- Amor, pero te vez hermosa así, siempre te imagine vestida de novia, pero no tan hermosa como estas hoy. – Me dijo.

Me acerque lentamente y le di un beso y él me sujeto fuerte, una vez más estábamos arriba de un sofá. ¿Anny se enojara si rompemos este También? Fue lo único que pensé.

El puso sus manos en el cierre del vestido que se encontraba en mi espalda. Pero su mano permanecía allí, quieta.

- Amor… Vámonos. – Me dijo.

- ¿Cómo? – Quise saber.

- El Avión sale en dos horas a nuestro destino. – Pauso. – Nuestra luna de miel.

- Vámonos. – Dije yo. – Pero déjame que me cambie.

- No… Quiero que te vayas así, así todos se enteran que nos casamos. – Dijo entre risas.

- Está bien. – Dije.

Bajamos las escaleras con las maletas y todos nos miraron.

- ¿Apresurados? – Dijo Axel.

- Axel, contrólate. – Le dijo Andrea dándole un codazo, pero pareció dolerle más a ella que a él, este la beso y Paul puso los ojos en blanco.

- Algo. – Dije yo bromeando, pero Paul se lo tomo en serio y me dio un gran beso en frente de todos.

- Esperamos que les vaya bien chicos, llámennos. – Dijo Anny que estaba junto a Darwin, algo muy extraño.

- Lo haremos, cariño, vámonos. – Dijo refiriéndose a mí.

Salimos de la casa y nos montamos en el Auto de mí… esposo.

Al llegar al aeropuerto, como era de esperarse todos nos miraban, y nos preguntaban ‘¿Acaban de Casarse?’ nuestra respuesta siempre fue un rotundo sí.

Abordamos el avión, y yo ya sabía cuál era nuestro destino… Canadá. ¿Qué estaría Planeando Paul?

No sé cuánto tiempo duramos en llegar, pero al hacerlo solo me quería tirar del avión, aunque estaba algo, o muy nerviosa.

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