Todos agarramos camino, y en menos de una hora estuvimos allí, Paul nos indico que siguiéramos adelante, ella no se había detenido allí.
Estamos camino a Roma, Paul sospechaba que ella sabía que la estábamos buscando.
Estábamos en Roma.
- ¿Ahora a donde vamos? – Pregunto Darwim.
- Inhalen el olor, fue al coliseo. ¿Vamos? – Dijo Paul.
Al llegar al coliseo, sentí el olor de Andrea muy fuerte, y supuse que todos lo habían sentido, pero quería adelantarme, ya que los otros parecían estar distraídos observando el coliseo.
Entre con cautela, tenia que se fuera a derrumbar o algo así, pero era algo casi imposible, esa estructura llevaba miles de años, y no se había derrumbado, ¿Por qué tendría que derrumbarse justo Cuando yo entrara?
Busque el olor de Andrea, y en seguida lo rastree.
Camine lentamente buscándola, sabía que estaba allí. Los demás, no tardarían en darse cuenta de que yo había entrado.
Entre en la Arena, donde luchaban los gladiadores, y acostada contra una de las paredes, con los ojos cerrados, estaba Andrea. Debió sentir mi presencia, porque en seguida abrió los ojos y me miro.
Salió corriendo, pero la alcance y la tome del brazo.
- ¡Andrea! – ella bajo la mirada. - ¿Por qué huyes?
- ¡Paul no me quiere en casa! ¿Hay otro motivo? – Dijo algo o muy enojada.
- Andrea, claro que no ¿Qué te pasa? – tome aire - ¿Acaso no sabes lo mucho que te quiere tu hermano? Ha estado muy preocupado Andrea, te hemos buscado, por todos lados.
- ¿Por qué me buscan? – Pauso – Déjenme vivir. – Movió su brazo y yo la solté.
- ¿Por qué no te buscaríamos? – Reí sarcásticamente. – Andrea recuerdas lo que me dijiste una vez… “Siempre seguiré siendo la hermanita menor de Paul, la consentida.” ¿Acaso no recuerdas?
Ella suspiro y hiso un gesto de querer llorar, se acerco y me abrazo. Mire hacia adelante y toda la familia estaba allí, mirando la Escena, Axel estuvo a punto de salir corriendo hacia nosotras, pero Darwim lo detuvo; no entendía lo que había ocurrido entre ellos pero a Darwim no le agradaba para nada Axel.
- Yo no quise matarla. – Dijo Andrea aun entre mis brazos.
- Lo sé, Todos lo sabemos. – Le dije consolándola.
Ella se libero de mis brazos, paso sus manos a través de su rostro y volvió a mirarme.
- No pude controlarme, no fue mi intención, Nunca lo fue. – Tomo un respiro. – Ella era mi mejor amiga, Sol, la asesine.
Detrás de Ella ya se encontraban, Paul y Anny, Andrea no volteo y siguió.
- Y Axel intento detenerme, no pudo, lo lamento, tampoco es su culpa. – Dijo Ella defendiendo al novio, al cual había dejado abandonado hacia ya dos semanas.
En eso Axel soltó la carrera hacia donde nos encontrábamos nosotras y la abrazo.
- Perdóname por tratarte tan mal el otro día. – Dijo Andrea a Axel.
- No me tienes que pedir perdón, yo te entiendo. – Dijo Axel.
Paul se acerco y me abrazo.
- Gracias. – Dijo a mi oído.
Me soltó y abrazo a su hermana.
- No vuelvas a hacernos algo así. – Dijo Anny a su hermanita mientras le quitaba de encima a Paul para poder abrazarla ella.
- No volveré a probar la sangre humana, se los prometo. – Dijo Andrea.
- No tienes que prometerlo, ningún vampiro puede resistirse, excepto nosotros Tres. – Dijo Paul señalándonos a Anny, a él y a mí.
- ¿Por qué yo no soy como ustedes? – Pregunto, yo también me hacia esa pregunta.
- Tal vez porque te transforme yo. – Dijo Axel y Andrea le dio un empujoncito.
Darwim enseguida llego a nuestro lado.
- Entonces... ¿Ahora qué? – Dijo El Vampiro.
- ¡Descubramos Roma! – Respondió Paul, tomándome la mano.
Todos salimos corriendo, visitando cada lugar de Roma, La capilla Sixtina, El vaticano, y todas las ruinas de la ciudad.
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